Entre las políticas que maneja la seguridad democrática del presidente Uribe, uno de los puntos más fuertes ha sido la vinculación de la población del común dentro de una red de informantes que “colaboren en la labor de la fuerza pública para asegurar el orden, además del bienestar de todos los ciudadanos”; algo que bajo concepto personal, no es más que una forma infame e inherente de asegurar un estado de represión, ya que si nos adentramos un poco en el tema, este tipo de medidas son pretexto o se prestan para la malinterpretación intencionada tanto de aquellos que la promueven, como para los que la aplican, siendo acomodadas al beneficio de los intereses de algunos pocos, además de esto, se supone que estatalmente deben existir los entes que se encarguen de dichas tareas, sin necesidad de involucrar a la población ciudadana; esto sólo como precepto superficial, ya que vale la pena resaltar que no sólo este es el único inconveniente que presenta la iniciativa, y siendo un poco más certeros, este tipo de medidas coartan la libertad de pensamiento, ya que se debe tener en cuenta que este ejemplo de metodologías están encaminadas a una imposición de criterios, en donde sí un componente de un entorno social se sale del paradigma de vida arbitrario y clasista que se busca emplear, ahí es donde aparecen dichos personajes que están al tanto de nuestras acciones, que en su labor de “informantes”, comunican lo acontecido a aquellos que se encargan de tomar las medidas para reprimir todo brote de inconformismo, llevando a un autoritarismo total sin campo para flexibilidades de ningún tipo.
Recientemente se ha buscado que estas disposiciones sean instituidas al interior de las universidades, principalmente en las de carácter público, todo con el pretexto de hacer participes a los integrantes de la comunidad universitaria en el deber ciudadano de la instauración de un orden social, apoyados bajo el concepto del componente de sociedad productiva que somos a futuro, y pues como “Sociedad Productiva” estamos en el deber de retornar algo de lo que se nos ha dado para contribuir al mejoramiento de la sociedad, esto en supuesto claramente; paralelo al ofrecimiento absurdo de seguridad ciudadana que aparentemente hay y que debe ser reforzada, y digo “ofrecimiento absurdo de seguridad” por el simple hecho que aún cuando es cierto que la idea de una certidumbre matutina nos ha sido implantada, ya que se nos asegura que estamos en la tierra en “que nada pasa y que todo está bien”, la verdad es que esto nos es más que una falacia, un planteamiento sin fundamentos, ya que los índices de pobreza son cada día más altos, y como todos sabemos la gente se sigue muriendo de física hambre en las calles, mientras que el gobierno sólo se preocupa por establecer un régimen autoritario fascista, sin tener en cuenta los problemas que afectan a la gran parte población, y que como proveedor de bienestar y seguridad para los integrantes de la sociedad, el estado debe clarificar en que la resolución de estos problemas debe apremiar por sobre la necesidad de unos pocos de mantener un estatus de poder que cada día corrompe más.
Lo cierto es que, aunque existe el deber de todos de contribuir a la construcción de un mejor país, también existe el deber y compromiso por parte nuestra como los profesionales de un futuro, el analizar lo siguiente: qué es mejor ¿Una patria educada con valores? ¿O una patria educada en el valor del dinero? Porque se estimula al informante con pagos dependiendo de la información que suministre, además de la cultura de la mentira y de la hipocresía a la que incita este tipo de propuestas (Caso similar a los falsos positivos), ya que como son estrategias que se basan en los resultados, es obvio que muchos de los logros obtenidos de estas experiencias resultarán ser un claro y total engaño, y más teniendo en cuenta la persecución que se le hace a los estudiantes que se atreven a pensar de manera distinta a lo que ofrecen las políticas de gobierno actuales de aprender sin cuestionar. ¡¡¡EL ESTUDIANTE ESTUDIAR Y EL ALMA MATER A EDUCAR!!! “Porque un pueblo que se educa, es un pueblo que piensa y genera alternativas de una mejor sociedad.”
Recientemente se ha buscado que estas disposiciones sean instituidas al interior de las universidades, principalmente en las de carácter público, todo con el pretexto de hacer participes a los integrantes de la comunidad universitaria en el deber ciudadano de la instauración de un orden social, apoyados bajo el concepto del componente de sociedad productiva que somos a futuro, y pues como “Sociedad Productiva” estamos en el deber de retornar algo de lo que se nos ha dado para contribuir al mejoramiento de la sociedad, esto en supuesto claramente; paralelo al ofrecimiento absurdo de seguridad ciudadana que aparentemente hay y que debe ser reforzada, y digo “ofrecimiento absurdo de seguridad” por el simple hecho que aún cuando es cierto que la idea de una certidumbre matutina nos ha sido implantada, ya que se nos asegura que estamos en la tierra en “que nada pasa y que todo está bien”, la verdad es que esto nos es más que una falacia, un planteamiento sin fundamentos, ya que los índices de pobreza son cada día más altos, y como todos sabemos la gente se sigue muriendo de física hambre en las calles, mientras que el gobierno sólo se preocupa por establecer un régimen autoritario fascista, sin tener en cuenta los problemas que afectan a la gran parte población, y que como proveedor de bienestar y seguridad para los integrantes de la sociedad, el estado debe clarificar en que la resolución de estos problemas debe apremiar por sobre la necesidad de unos pocos de mantener un estatus de poder que cada día corrompe más.
Lo cierto es que, aunque existe el deber de todos de contribuir a la construcción de un mejor país, también existe el deber y compromiso por parte nuestra como los profesionales de un futuro, el analizar lo siguiente: qué es mejor ¿Una patria educada con valores? ¿O una patria educada en el valor del dinero? Porque se estimula al informante con pagos dependiendo de la información que suministre, además de la cultura de la mentira y de la hipocresía a la que incita este tipo de propuestas (Caso similar a los falsos positivos), ya que como son estrategias que se basan en los resultados, es obvio que muchos de los logros obtenidos de estas experiencias resultarán ser un claro y total engaño, y más teniendo en cuenta la persecución que se le hace a los estudiantes que se atreven a pensar de manera distinta a lo que ofrecen las políticas de gobierno actuales de aprender sin cuestionar. ¡¡¡EL ESTUDIANTE ESTUDIAR Y EL ALMA MATER A EDUCAR!!! “Porque un pueblo que se educa, es un pueblo que piensa y genera alternativas de una mejor sociedad.”
